El partido del siglo

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España en un país en el que los periódicos más vendidos son los deportivos y donde los informativos en la televisión dedican más tiempo al fútbol que al resto de noticias. A mí, siempre me ha maravillado la capacidad de los periodistas deportivos para llenar decenas de páginas y de minutos televisivos cada día. Y así, cada semana hay una exclusiva, un fichaje estrella, una gran polémica y, desde luego, un partido del siglo. Los últimos años, con frecuentes cruces entre el Barcelona y el Madrid, hemos batido récords con, incluso, varios partidos del siglo el mismo mes.
Me da la impresión de que la gente tiene la misma sensación con las europeas porque, en cada ocasión, los partidos insistimos en que son las más importantes, las más decisivas. Así que me limitaré a dar tres razones.
En primer lugar, nos encontramos en un momento histórico. Europa no es un ente abstracto. Las decisiones se han tomado en unas instituciones que han tenido una mayoría conservadora durante los últimos veinte años. El problema, por tanto, no es Europa, sino quiénes mandan en Europa. Ahora, tenemos que decidir si seguimos por la senda de la austeridad y los rescates bancarios que ha propugnado la derecha europea o seguimos otro camino. Un camino que marcará las vidas de los españoles durante décadas. Una alternativa que sólo pueden liderar los partidos socialdemócratas europeos en los que se integra el PSOE.
En segundo lugar, en clave nacional, una victoria del PP supondrá un aval a sus políticas. Si Rajoy gana lo considerará un respaldo a sus políticas de recortes, de privatizaciones y de restricción de derechos. Mucho me temo que lo animará a dar una vuelta de tuerca más a la crueldad con la que está tratando a los españoles.
En tercer lugar, Burgos también se juega mucho. Vivimos en una provincia a la que el PP nunca cuida porque considera segura. Además del rumbo que se adopte en la política económica y social de la Unión Europea, a Burgos le afectan sustancialmente asuntos como el fracking, como la política agraria y ganadera, las decisiones sobre las grandes infraestructuras o en materia energética.
La prioridad en Europa tiene que ser, sin duda, el cambio de política económica y de creación de empleo. Debemos enterrar la política de la austeridad y de los recortes sociales para hacer políticas expansivas que creen empleo, programas de empleabilidad juvenil, aumento de la I+D+i, promoción de sectores estratégicos como la industria además de blindar los servicios públicos esenciales. Todo esto es lo que nos jugamos en las europeas. Ahora, tú decides si crees que se trata o no del partido del siglo.

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